Según el Servicio Nacional de Salud Britanico (NHS), 1 de cada 3 personas duerme mal. (1) El estrés y la incapacidad de “apagar” la mente tras un ajetreado día de trabajo son ahora experiencias habituales por la noche. La falta de sueño resultante puede repercutir negativamente en nuestra vida diaria, dejándonos letárgicos, irritables y desconcentrados. Afortunadamente, hay medidas que podemos tomar para mejorar nuestros hábitos de sueño y dar a nuestro cuerpo el descanso que necesita.
¿Qué ocurre cuando no dormimos lo suficiente?
A corto plazo, la falta de sueño puede provocar fatiga, mal humor y falta de concentración. A medida que la carencia aumenta con el paso de los días o las semanas, empiezan a aumentar síntomas como la niebla cerebral, la tristeza y el riesgo de sufrir accidentes o lesiones.
Sin embargo, si la falta de sueño continúa, los efectos son mucho más graves. Las investigaciones sugieren que la falta de sueño a largo plazo está asociada a un mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. (2) Por lo tanto, dormir lo suficiente y bien es crucial para la salud y el bienestar.
Salud intestinal, prebióticos y probióticos
Si el insomnio o el estrés te impiden dormir bien, la respuesta puede estar en tu intestino. El intestino, a veces denominado el “segundo cerebro”, está estrechamente relacionado con el estado de ánimo, la función cerebral y la salud física. Se ha descubierto que mejorar la salud intestinal mejora los indicadores de salud mental y física, como la depresión, las enfermedades autoinmunes y las cardiovasculares (3). (3) Esto puede lograrse reduciendo las bacterias “malas” y aumentando las “buenas” en el intestino. Así se consigue un microbioma intestinal equilibrado y sano.
La recomendación general para mejorar la salud intestinal consiste en seguir una dieta variada rica en alimentos vegetales y reducir los alimentos muy procesados y azucarados. Además, puedes proporcionar a tu intestino prebióticos y probióticos.
Los probióticos son las bacterias y organismos vivos “buenos” que viven en el intestino. Los prebióticos, por su parte, son tipos de fibra no digerible, como la inulina, que contienen los alimentos y que alimentan a estas bacterias “buenas”. Las investigaciones sugieren que la suplementación con un prebiótico dietético puede aumentar la calidad del sueño. 4,5
El papel de los prebióticos en el sueño
Un documental de la BBC titulado “The Truth About: Sleep’ con el Dr. Michael Mosely investigó más a fondo este fenómeno. El Dr. Mosely, que padece insomnio, probó un suplemento dietético prebiótico en polvo durante 5 días y midió el efecto que tenía en su sueño.
Resultados del estudio de la BBC realizado por el profesor Philip Burnet, de la Universidad de Oxford.
Los resultados al quinto día mostraron que el tiempo que el Dr. Mosely pasó dormido aumentó, y el tiempo que pasó inquieto en la cama disminuyó, en comparación con las mediciones iniciales tomadas antes de la suplementación. (5) Estos resultados demuestran las grandes ventajas que puede aportar la suplementación con prebióticos para mejorar el sueño.
Otras investigaciones descubrieron que las fases REM y NREM del sueño aumentaban con la suplementación prebiótica. (4) La fase REM del sueño está asociada a la restauración y recuperación del organismo, por lo que esto sugiere no sólo un aumento de la cantidad, sino también de la calidad del sueño.
Prebióticos y estrés
Estar en un estado constante de estrés puede conducir a una mayor excitación del sistema nervioso, lo que puede estar implicado en sus dificultades para conciliar el sueño. A la inversa, la falta de sueño puede llevarnos a experimentar irritabilidad, ansiedad y estrés.
Curiosamente, la investigación anterior también descubrió un aumento de la resistencia al estrés tras la administración de suplementos prebióticos. 4